Como ya viene siendo habitual, acabamos una semana más con esta sección. Una sección en la que intentamos daros nuestro particular punto de vista sobre algún tema de este gran universo que es Android.
Hoy os hablaré sobre posiblemente la pregunta que más nos formulamos conforme avanza el mercado de la telefonía móvil: ¿de verdad necesito un smartphone tan potente? La respuesta a esta pregunta no es muy sencilla ya que depende mucho del tipo de usuario que se la plantee, ya que no todos utilizamos nuestros dispositivos móviles del mismo modo.
Bastante potente este ordenador, espera, es un teléfono
Creo que a estas alturas todos sabéis que la evolución de los smartphones es tremendamente rápida, si echamos la vista atrás hace apenas 4 años el mercado se movía en terminales con procesadores de un solo núcleo a una velocidad de 800 MHz o de 1GHz, procesadores que no tienen cabida en el mercado actual, donde encontramos nuevos modelos de hasta ocho núcleos con frecuencias de 2.5 GHz, pero, ¿hasta que punto nos es útil tanta potencia?
Hemos llegado a un punto en el que, cuando hablamos de las especificaciones de los nuevos teléfonos parece que estemos hablando más bien de un ordenador de unos años atrás, sin más complicación yo adquirí hace apenas unos días un OnePlus One, teléfono que cuenta con 3 GB de memoria RAM, prácticamente la misma que los 4 GB de los de mi ordenador portátil. Está claro que no son exactamente iguales, pero la cantidad es muy similar, al igual que la potencia, 2.5 GHz son los que genera el Qualcomm Snapdragon 801 por cada núcleo de procesador, mientras que el Intel Core I3 genera 2.4 GHz. Esta potencia no significa que un terminal vaya correctamente, ayuda, pero no es el factor condicional, es el software lo que nos deja un buen sabor de boca con la interfaz de usuario y su fluidez. Esto ya lo han demostrado terminales como los nuevos Motorola, hardware modesto, pero software muy pulido que proporcionan una experiencia muy buena.
Al parecer esto no es suficiente para los fabricantes ya que en el mercado ya podemos encontrar teléfonos con 4 GB de RAM, como el Asus Zenfone 2, o con 128 GB de almacenamiento y parece que este crecimiento no se va a detener fácilmente. Para muchos de los que nos leéis es posible que toda esta potencia os sea útil ya que os gusta sacar el máximo partido a vuestros teléfonos, pero la mayoría de usuarios medios desconocen que procesador lleva su smartphone o cuanta memoria RAM tiene. Esa gente se rige por las marcas, si Samsung lanzará su próximo Samsung Galaxy S7 con un procesador mono-núcleo a 1 GHz habría miles de personas que harían cola para comprarlo ya que no les importan sus especificaciones.
Estos usuarios, por ejemplo, desconocerán que el Nvidia Tegra K1 tiene una potencia gráfica similar a las consolas de la generación anterior, entonces, si tengo esa potencia en mi bolsillo, ¿para que quiero una consola? Hemos llegado al quid de la cuestión, ¿cuántas aplicaciones, básicamente juegos, encontramos en Google Play para aprovechar toda esa potencia? Haberlos los hay, por ejemplo el Modern Combat 5 o el Asphalt 8, dos grrandes juegos con excelente calidad gráfica y aquí el máximo «problema», gratuitos. ¿Por qué digo que es un problema que los juegos de este estilo sean gratuitos? Bastante sencillo, no podemos pedirle a los desarrolladores juegos similares a los de consola, valorados a unos 50 euros de media, gratuitamente. Ellos más o menos lo consiguen lograr pero con inconvenientes bastante grandes, las compras in-app. Estas compras impiden una buena jugabilidad, ya que constantemente nos solicita pagar si queremos recargar las barras que nos «permiten» realizar partidas.
En este sentido nuestra mentalidad tiene que evolucionar ya que, excepto una excepción en mi caso, no he encontrado ningún juego en Google Play que no avance por niveles y que tenga una historia y una ambientación estupendas, el juego Swordigo, del cual ya os hablé hace tiempo. La manera de jugar que tenemos actualmente en nuestros dispositivos móviles, generalmente, es para matar el tiempo de un viaje o situaciones similares, aplicaciones para las cuales no requerimos tanta potencia.
Según mi pensamiento lógico y personal, ninguno de nosotros necesita en su smartphone tanta potencia, siempre y cuando vaya bien acompañado por una tablet, esta vez sí, con esa potencia bruta que tanto nos gusta. No es ningún misterio decir que el contenido multimedia es mejor consumirlo en pantallas grandes, así que la tablet se convierte en el dispositivo móvil perfecto para poder jugar y consumir películas o series y, aunque su cuota de mercado vaya cada vez de mal en peor, en mi opinión la mejor pareja es un smartphone fluido y con la potencia justa y necesaria y una tablet para sacarle el jugo a todo el contenido multimedia al que podemos acceder.
Esta es mi opinión personal, ahora me gustaría conocer la vuestra, así que estaría genial que dejáseis vuestras conclusiones en los comentarios.