Samsung tiene que jugar un papel muy difícil el año que viene, ya que después del fracaso del Note 7 le va a costar mucho hacer que sus clientes vuelvan a recuperar la confianza en él. Hemos visto como en estos dos últimos años, Samsung ha dado un cambio radical, empezando por los diseños en sus smartphones. En el año 2014, pudimos ver con el Galaxy S5 que Samsung no se arriesgó en nada, y por ello fue muy criticado. Aprendieron de sus errores y al año siguiente sacaron un nuevo diseño que a día de hoy es una seña en la gama alta, el diseño curvo.

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La pérdida del Note 7 ha sido muy dolorosa para el mercado Android, ya que nos hemos quedado sin un exponente que pueda luchar de tú a tú contra el dispositivo de Apple. Podemos encontrarnos el S7 Edge, pero los amantes de la tecnología podrían rechazar su compra ya que es un dispositivo que se renovará en poco más de tres meses. Ahora falta por ver los Pixel de Google, que todavía no se sabe la fecha en la que llegarán a España, así que de momento, en el mercado Europeo, nos quedamos sin opciones para competir con Apple.

Samsung desarrollaría sus propios procesadores

Desde hace un par de años, Samsung ya ha decidido incorporar un sensor de huellas dactilares a sus móviles de gama alta. Este sensor de huellas es muy bueno, pero no llega a ser tan rápido como el del OnePlus o los de Huawei. La noticia que nos llega hoy es que Samsung estaría empezando a fabricar sus propios sensores de huellas, lo que le daría mucha más libertad a la hora de colocarlos en terminales de gamas más bajas y darle una mayor velocidad. No es la primera vez que se atreven a fabricar componentes por su cuenta, ya que muchos smartphones ya tienen los procesadores Exynos de Samsung o una memoria RAM fabricada por Samsung.

Veremos cómo afecto esto al mercado, ya que si empieza a poner estos sensores en gamas como la J o la A sería una muy buena noticia.

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