Si te estás planteando comprar un smartphone es posible que te preguntes cómo de rápida debe ser su carga. Desde hace, más o menos, un año, las marcas están peleándose por ver cuál ofrece la carga rápida más potente y veloz. Hoy te contamos por qué no es tan importante y cuál es la carga rápida mínima que debe tener un buen smartphone. A pesar de lo que pueden pensar muchos no siempre es mejor tener la más potente carga rápida del mercado.
¿Es importante tener una carga rápida muy potente?
Desde hace un tiempo los fabricantes de smartphones han incluido la carga rápida en las 4 o 5 características que destacan a la hora de intentar venderte sus smartphones. Esto hace que los usuarios tengan en cuenta este valor a la hora de comprar un móvil nuevo. Y también que piensen que tener una carga rápida muy potente es mejor.
La realidad es que sí: tener una carga rápida veloz hará que tu móvil termine de cargarse más rápido. Es decir, si compras un móvil con 65W de carga rápida terminará antes de cargar la célula que uno con 33W y la misma capacidad en mAh.
Ahora bien, ¿es realmente necesario una carga rápida por encima de los 33W? Para plantearte esta pregunta debes conocer qué autonomía tiene el smartphone que vas a comprar y también qué uso le vas a dar al dispositivo. Si con tu uso vas a llegar al final del día con carga esta característica pierde sentido.
Si vas a necesitar cargar tu smartphone varias veces al día puede que sí necesites una carga rápida más veloz. La cuestión está en cuántas veces cargas tu dispositivo al día y cuánto tiempo tienes para ello.
En la mayoría de casos tener una carga rápida de 65W o más no es para nada importante o necesario. Muchos usuarios cargan el dispositivo cuando se van a dormir, un acto que hace inútil a la carga rápida. El smartphone se cargará muy rápido, pero no será necesario que lo haga: tiene toda la noche para hacerlo.
La carga rápida tiene un gran problema
Este artículo no tendría sentido si no fuese por el problema de la carga rápida. No es gratis. Es decir, el hecho de cargar el smartphone lo más rápido posible tiene un efecto negativo en la salud de la batería. La degradación de las células es mucho mayor cuando la carga siempre se realiza con una potencia descomunal.
Por este motivo se plantea si una carga rápida muy potente tiene sentido. Si cargas el dispositivo por la noche no necesitas carga rápida. Y si necesitas cargarlo a mitad de día es posible que con una carga rápida de unos 25-30W sea más que suficiente.
Este tipo de carga puede otorgarte varias horas extra de uso con unos 10-15 minutos, cifras más que suficientes para la mayoría de usuarios. Tener una carga más potente puede ser bastante contraproducente: pagarás más por tenerla, necesitarás un cargador más grande y degradarás más la batería.
Y no solo la degradarás más cuando necesites una carga rápida: si tienes 65W siempre se utilizarán cuando pongas a cargar tu smartphone. Incluso por la noche cuando tengas varias horas para cargar, tu batería se recargará en unos pocos minutos sin ser necesario. Todos los días del año, con la degradación que esto conlleva.
Una carga rápida de unos 30W puede ser la ideal
Una carga rápida de unos 30W tiene la potencia suficiente para recargar una buena parte de tu batería en unos pocos minutos y controlar la degradación con el paso de los meses. No es demasiado agresiva y sigue ofreciendo buenas cifras de carga.
Más allá de 30W nos encontramos con niveles de degradación muy altos, sobrecalentamiento a la hora de cargar y unas cifras que son interesantes pero inútiles en la mayoría de casos. Tener 65W, 120W o 200W de carga rápida no es tan buena idea como puedes pensar.
Con estas cargas tan rápidas tu batería se degradará antes y en unos pocos meses empezarás a notar que al 100% ya no hace las mismas horas que hacía cuando lo compraste. Si vas a comprar un smartphone no le des mucha importancia a la carga rápida extrema, pues es posible que, a largo plazo, te arrepientas de tenerla.
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