
Xiaomi ha presentado con optimismo los resultados del tercer trimestre de 2025: los ingresos aumentan un 22,3 % interanual, hasta los 113,1 mil millones de yuanes (unos 13.700 millones de euros), y el beneficio neto ajustado crece en torno a un 81 %. Buena parte de este empujón llega de dos frentes muy claros: los buenos resultados del Xiaomi 17 en el negocio móvil y el crecimiento de la división de coches eléctricos.
Según los datos publicados por la propia compañía, Xiaomi alcanza los 43,3 millones de smartphones enviados en el trimestre, encadena nueve periodos de crecimiento y se mantiene como tercer fabricante mundial, con un 13,6 % de cuota. Dentro de ese volumen, la nueva familia Xiaomi 17 representa más del 80 % de las ventas y supera en casi un 30 % el estreno de la serie Xiaomi 15, una señal clara de que la apuesta por la gama alta está dando frutos.
La serie Xiaomi 17 llega con todo el arsenal para competir con el iPhone 17 y los Galaxy de turno: pantallas LTPO de altísimo brillo, baterías de hasta 7000 mAh, cámaras Leica de 50 megapíxeles y HyperOS 3 basado en Android 16. Más allá de la ficha técnica, lo relevante aquí es que Xiaomi ha logrado que el Xiaomi 17 Pro Max lidere el segmento por encima de los 6.000 yuanes en China, un segmento donde antes parecía haber un techo que ahora Xiaomi empieza a superar.
En paralelo, la marca ha decidido saltarse el número 16 para alinear su numeración con la de Apple, un gesto que puede parecer anecdótico, pero que responde a su estrategia de aumentar el precio medio de su catálogo. Ya es el segundo fabricante en Europa por volumen y el primero en el Sudeste Asiático, así que, si consigue que una parte mayor de esas ventas sea de gama alta, el panorama amedio plazo podría cambiar significativamente. En resumen, Xiaomi no solo vende mucho, sino que también mejora la rentabilidad y el posicionamiento de sus productos.
El otro gran titular del trimestre está en las cuatro ruedas. La unidad de automoción y negocios de innovación (coches eléctricos y proyectos de IA) factura cerca de 29 mil millones de yuanes, casi el triple que hace un año, y por primera vez logra un beneficio operativo positivo de unos 700 millones de yuanes, algo más de 85 millones de euros al cambio. Xiaomi ha entregado alrededor de 108.000 vehículos en el trimestre, entre los SU7 y los nuevos YU7, una cifra notable para una marca recién llegada en un sector tan exigente como el del automóvil.
Para el negocio móvil, esto no es solo una curiosidad financiera. Que la división de coches eléctricos sea rentable tan pronto significa que Xiaomi tiene más margen para seguir invirtiendo en cámaras, pantallas y software sin comprimir tanto los márgenes. Además, la integración del coche con el ecosistema de móviles y tabletas —HyperOS, apps compartidas, funciones de control remoto— refuerza la sensación de que comprar un smartphone Xiaomi es entrar en un ecosistema bastante completo, incluso si aquí, en España, todavía no podemos comprar ninguno de esos coches.
Con estos números, Xiaomi confirma que su movimiento hacia el segmento prémium no era un experimento pasajero. Si el grueso de las ventas ya viene de la serie 17 y el negocio de coches e IA empieza a aportar beneficios, la marca tiene más incentivos para diferenciar sus móviles por la experiencia que ofrecen que por el precio. Veremos más funciones exclusivas de HyperOS, cámaras más potentes y es probable que haya una mayor separación entre la gama Redmi y los Xiaomi numerados.
En el lado menos positivo, la propia compañía avisa de que el coste de la memoria está subiendo y de que eso puede traducirse en móviles más caros en los próximos meses, incluso aunque el mercado global siga bastante plano. Para quienes usamos Android a diario, es un escenario con menos móviles baratos «matagigantes» y más terminales que quieren pelear de tú a tú con los iPhone y los Galaxy. ¿Te convence esta nueva Xiaomi más centrada en la gama alta o sigues prefiriendo la marca que arrasaba con móviles muy baratos?