
La Comisión Europea prepara un paso más duro contra los proveedores chinos de redes. Según varios informes, Bruselas trabaja para obligar a los Estados miembros a retirar progresivamente equipos de Huawei y ZTE de las infraestructuras móviles —y también fijas—, convirtiéndolo en mandato lo que hasta ahora era una recomendación política (la conocida caja de herramientas 5G). El movimiento busca cerrar las grietas que han dejado diferentes velocidades y criterios entre países.
El debate no es nuevo, pero sí ha ganado intensidad en las últimas semanas. Mientras algunas capitales ya vetaron estos fabricantes en el núcleo de sus redes, otras han seguido conviviendo con parte del equipamiento, sobre todo en la red de acceso por radio. Esto ha generado un panorama desigual que la Comisión Europea busca unificar.
La idea que se baraja en la Comisión Europea (CE) pasa por transformar las pautas del «5G Toolbox» —un conjunto de medidas de seguridad recomendadas desde 2020— en obligaciones legales. Eso implicaría plazos para sustituir equipamiento de alto riesgo en el núcleo y, en ciertos casos, también en la red de acceso. Además, se estudian mecanismos de supervisión y sanciones para los países que no cumplan o para operadores que mantengan equipos restringidos en servicios sensibles.
Aunque aún no se ha publicado un texto definitivo ni un calendario oficial, los borradores apuntan a un enfoque escalonado, con excepciones limitadas y evaluaciones de impacto para minimizar costes y disrupciones de servicio. En paralelo, Bruselas busca alinear esta estrategia con otras normas como NIS 2 (Directiva de Seguridad de Redes y Sistemas de Información) y con los objetivos de conectividad de la Década Digital.
España ha aplicado restricciones selectivas en el núcleo 5G, pero no un veto total. Operadores como Telefónica han ido reduciendo la dependencia de Huawei, combinando proveedores europeos para redes críticas y manteniendo parte del equipamiento chino en segmentos comerciales. Un mandato comunitario aceleraría la migración hacia Nokia y Ericsson en más capas de la red 5G y forzaría despliegues y modernizaciones con un calendario claro. Teniendo en cuenta que Nvidia también ha invertido una millonaria cantidad en Nokia para potenciar la IA en las redes. Un factor adicional que refuerza esta estrategia.
Esto tendría impacto en costes de CAPEX (gasto de capital) y OPEX (gasto operativo), en la planificación de radio y en la cadena de suministro, aunque también podría homogeneizar la seguridad y simplificar auditorías. Para el usuario final en España, no debería traducirse en peor cobertura o velocidad si se planifica bien, pero sí podría presionar los plazos de algunos proyectos de 5G Avanzado y 5G SA (acceso autónomo).
Varios países han endurecido su postura. Alemania fijó una retirada por fases de componentes chinos del núcleo 5G antes de 2026 y del RAN (red de acceso por radio) antes de 2029, enviando una señal importante a la industria. A la vez, China ha restringido contratos con Nokia y Ericsson en su mercado, evidenciando que el desacoplamiento tiene respuestas en ambos sentidos. Si la CE convierte el veto en ley, veremos más simetría regulatoria dentro de la Unión Europea.
Para los fabricantes, el escenario abre oportunidades y riesgos: Nokia y Ericsson ganarían peso en Europa, mientras Huawei y ZTE se replegarían hacia mercados donde conservan contratos. También podría crecer el interés por Open RAN (red de acceso abierta), aunque su grado de madurez varía según el país y el caso de uso.
Si Bruselas avanza, la pregunta es cómo: plazos, alcance exacto (núcleo, transporte, acceso), exenciones puntuales y ayudas para reemplazo. También habrá que ver cómo se coordina con los fondos europeos y con las metas de cobertura Gigabit. En cualquier caso, el mensaje a los operadores es claro: prepárense para acelerar el desmantelamiento del equipamiento de alto riesgo en toda la región.
¿Crees que España debería adoptar un calendario más rápido de sustitución de equipos o mantener un enfoque gradual para evitar sobrecostes?