13 noviembre, 2025
Valve por fin ha hecho oficial el Steam Frame, un visor de realidad virtual (VR) autónomo que se apoya en SteamOS 3 y en un chip Snapdragon 8 Gen 3 para llevar tu biblioteca de Steam a un casco ligero y sin cables. La idea es clara: ofrecer juego tanto localmente como por streaming inalámbrico desde el PC, con un enfoque «streaming-first» que quiere superar a la veterana Valve Index en funcionalidad y comodidad.
Más allá del titular, el movimiento de Valve importa porque combina todo lo aprendido con la Index y la Steam Deck en un solo dispositivo. El Steam Frame promete ser cómodo, bastante más ligero que la mayoría de sus rivales y con potencia móvil suficiente para juegos adaptados, pero dejando el peso de los títulos más exigentes en el PC. Sobre el papel, suena muy bien, pero también abre muchas preguntas sobre precio, autonomía y catálogo optimizado.
En cuanto al diseño, el Steam Frame apuesta por un cuerpo frontal muy compacto: el módulo principal pesa unos 185 gramos, mientras que el conjunto completo con correa, acolchados, altavoces y batería trasera se queda en 440 gramos. Es una cifra llamativa para un visor autónomo completo, y Valve destaca que la correa textil es plegable para facilitar el almacenamiento o para permitir apoyar la cabeza sin molestias ocasionadas por piezas rígidas.
La batería, de 21,6 Wh, va integrada en la parte trasera de la correa y ayuda a equilibrar el peso, mientras que el audio llega mediante altavoces integrados en la diadema. Además, el diseño es modular: Valve compartirá archivos y especificaciones para que terceros puedan crear correas, faciales y accesorios personalizados, algo que abre la puerta a visores más rígidos, versiones ultraligeras o incluso módulos adicionales con cámaras para seguimiento externo.
A nivel visual, el nuevo visor de Valve monta dos pantallas LCD de 2160 x 2160 píxeles por ojo, lo que viene a ser un «2K» por ojo, con bastante densidad de píxel. Las lentes Pancake prometen buena nitidez en la mayor parte del campo de visión y menos distorsiones, con un campo de visión de unos 110 grados y tasas de refresco entre 72 y 120 hercios, además, cuenta con un modo experimental que llega a 144 hercios para quien priorice la fluidez.
El ajuste físico de la distancia interpupilar mediante una rueda superior permite que cada usuario alinee mejor las lentes con sus ojos, algo clave si no quieres perder claridad o terminar con fatiga visual. A esto se suman dos cámaras internas para seguimiento ocular y técnicas como la transmisión foveada, que prioriza la calidad de imagen justo donde miras para ahorrar ancho de banda y potencia, sobre todo cuando juegas en streaming desde el PC.
Bajo el capó, el protagonista es el Qualcomm Snapdragon 8 Gen 3 acompañado por 16 GB de RAM LPDDR5X y almacenamiento de 256 GB o 1 TB, ampliable con tarjetas microSD. Es un salto claro frente al chip de la Meta Quest 3, que está pensado para mover juegos móviles exigentes y experiencias VR en local, pero sin engaños: los títulos de PC más pesados seguirán dependiendo del streaming. Valve promete que casi todo el catálogo de Steam podrá ejecutarse gracias a SteamOS y a una capa de compatibilidad como Proton, con la etiqueta «Steam Frame Verified» para indicar qué tal funciona cada juego.
El punto diferenciador del Steam Frame está en el streaming inalámbrico. El visor integra conectividad Wi‑Fi 7 (red inalámbrica de última generación) y se acompaña de un adaptador USB dedicado que crea un enlace directo en la banda de 6 gigahercios entre tu PC y el casco. La idea es que puedas jugar a Half-Life: Alyx o a cualquier juego no VR (plano) de tu biblioteca como si el visor estuviera conectado por cable, pero sin el cable colgando.
Además del enlace directo, el casco se conecta a tu red doméstica como cualquier otro dispositivo, lo que le permite descargar juegos, actualizarse y usar aplicaciones sin depender siempre del PC. Valve también impulsa un modo cine para disfrutar de juegos o contenido 2D en una pantalla virtual de gran tamaño mientras estás sentado en el salón.
Los Steam Frame Controllers mantienen un diseño familiar para quien venga de otros cascos: botones A/B/X/Y, sticks analógicos con tecnología TMR (magnetorresistencia de túnel) para evitar el temido «drift», gatillos, grip y sensores capacitivos para detectar la posición de los dedos. Cada mando usa una pila de tipo AA y promete unas 40 horas de autonomía, con correas opcionales tipo «Knuckles» para sujetarlos a la mano. Junto al visor, llegan también la nueva Steam Machine de sobremesa y un renovado Steam Controller, con los que Valve quiere montar una gama de dispositivos bien integrada y coordinada.
Con todo este conjunto de especificaciones, el Steam Frame pinta como uno de los visores más interesantes para quien ya tiene un PC de juegos y quiere dar el salto a la realidad virtual sin cables y sin depender solo de un catálogo móvil. Es ligero, tiene buenas pantallas, un chip potente y un enfoque en el streaming que encaja muy bien con la enorme biblioteca de Steam, aunque aún queda por comprobar su autonomía real y el grado de madurez del software.
Lo que Valve todavía no ha confirmado es el precio. Más allá de apuntar que estará por debajo del kit completo de la Valve Index, que rondaba los 1.000 dólares, las apuestas lo colocan en una franja similar o algo superior a la Meta Quest 3, aunque no está claro si se encuentra a la altura del Apple Vision Pro o el Galaxy XR. Su lanzamiento está previsto para comienzos de 2026 en los mismos mercados donde se vende la Steam Deck, así que España debería estar en la lista. Y tú, ¿te plantearías esperar al Steam Frame antes de comprar una Meta Quest 3, o ya tienes claro cómo quieres entrar en la realidad virtual?
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