
Las últimas noticias apuntan a que Apple estaría preparando un cambio histórico: la nueva Siri se apoyaría en un modelo personalizado de Google Gemini para ofrecer funciones de IA mucho más avanzadas a partir de marzo de 2026. Esta estrategia encajaría con el plan de Apple de relanzar su asistente tras años de iteraciones menores y con el foco puesto en la privacidad, integrando la parte más pesada del procesamiento en Private Cloud Compute y manteniendo el control de la experiencia de usuario.
El movimiento no sería aislado. En los últimos meses, Tim Cook ha reiterado que la Siri «mejorada» sigue en camino para 2026 y diversas filtraciones de prensa especializada hablan de un acuerdo por el que Google desarrollaría un Gemini a medida para Apple, ejecutado en la infraestructura de la compañía de Cupertino. Para el usuario, la interfaz seguiría siendo «Siri», pero con respuestas más naturales, memoria de contexto y nuevas capacidades de agente para entender peticiones complejas.
Si Apple finalmente integra un modelo Gemini personalizado, cabe esperar mejoras tangibles en tres frentes. Primero, comprensión y conversación: una Siri capaz de seguir el contexto, resolver ambigüedades y pedir aclaraciones cuando sea necesario, con un tono más natural y menos robótico. Segundo, tareas compuestas: encadenar acciones («organiza mis fotos del viaje, crea un álbum con las mejores y compártelo con la familia») sin que el usuario tenga que guiar cada paso. Y tercero, acciones más complejas dentro de las aplicaciones, gracias a un conjunto ampliado de intenciones: abrir documentos, editar notas, extraer datos de un correo o modificar varios ajustes del sistema en una única orden.
Apple también tendría margen para potenciar funciones de resumen, traducción, transcripción y generación de texto a nivel del sistema, con Siri como puerta de entrada. Todo ello manteniendo su discurso centrado en la privacidad: un Gemini «encapsulado» que corra en servidores controlados por Apple, con anonimización y auditorías, y en paralelo a los modelos en dispositivo para tareas rápidas cuando no haya conexión.
Las piezas encajan con el despliegue progresivo de Apple Intelligence. La hoja de ruta más repetida habla de un lanzamiento de la Siri renovada en marzo de 2026, previsiblemente asociado a una versión intermedia de iOS con mejoras centradas en el asistente. Esa ventana permitiría a Apple madurar la capa de orquestación y ampliar compatibilidad a más idiomas y regiones.
A nivel de ecosistema, no sorprendería ver una Siri más útil en el HomePod, el Apple TV y en un dispositivo con pantalla y altavoz para el hogar, donde el control por voz cobra sentido real. En el iPhone, la clave será que la nueva IA se note sin aprender comandos: hablar de forma natural y obtener resultados.
El principal interrogante está en la dependencia tecnológica: ¿hasta qué punto puede Apple delegar en un modelo de Google sin comprometer su control? Si el acuerdo se concreta, el camino razonable es un desarrollo a medida y con límites: Gemini como motor estadístico, pero bajo reglas, filtros y parámetros de telemetría definidos por Apple. Otro riesgo es el de las expectativas: tras años de promesas, la nueva Siri tendrá que demostrar fiabilidad, rapidez y cobertura de idiomas. Y, por supuesto, habrá que ver qué funciones llegan a cada país y a qué dispositivos compatibles.
Si todo se cumple, 2026 puede ser el año en el que Siri vuelva a competir directamente con Google Assistant y otros asistentes basados en modelos generativos. La clave estará en ejecutar bien el plan: privacidad real, utilidades claras y una experiencia uniforme en todo el ecosistema. Después de la presentación de los iPhone 17, se espera que Siri se convierta en el tema principal en los próximos meses. ¿Crees que Apple debe apoyarse en Gemini para acelerar este salto de calidad? Te leemos en los comentarios.