6 diciembre, 2025

Samsung lleva tiempo prometiendo que su división de semiconductores resurgirá de sus cenizas con el Exynos 2600, un chip que marcaría el debut de su proceso de fabricación en 2 nanómetros. Sin embargo, una filtración reciente acaba de caer como un jarro de agua fría para quienes esperaban un despliegue masivo de esta tecnología.
Según nuevos reportes llegados desde Asia, Samsung podría estar planeando una estrategia inédita para sus Galaxy S26 y S26+: reservar el chip Exynos 2600 única y exclusivamente para su mercado local, Corea del Sur. Históricamente, Europa y gran parte de América Latina solían recibir la variante con Exynos (a menudo criticada por ser menos eficiente), mientras que Estados Unidos y China disfrutaban de la potencia de Snapdragon. Si esta filtración se cumple, estaríamos ante un cambio de guion radical donde la versión «global» montaría el procesador de Qualcomm, concretamente el Snapdragon 8 Elite Gen 5.

La razón detrás de esta decisión tan drástica parece estar en la dificultad de fabricar estos chips avanzados. El salto a los 2 nanómetros es un desafío técnico monumental, y las fuentes indican que Samsung Foundry está teniendo problemas para alcanzar una tasa de producción viable. Se habla de un rendimiento de fabricación (yield) que ronda el 50%, lo que significa que la mitad de los chips producidos no sirven. Con estas cifras, es imposible abastecer un lanzamiento mundial de millones de unidades.
Además, existe un factor contractual de peso. Al parecer, Samsung tendría un acuerdo vigente con Qualcomm que le obliga a utilizar procesadores Snapdragon en aproximadamente el 75% de sus dispositivos de la serie Galaxy S. Si combinamos la baja producción de sus propios chips con esta obligación legal, la matemática es sencilla: el Exynos 2600 quedaría relegado a una edición limitada «patriótica» para Corea, mientras que el resto del mundo recibiría el hipotético Snapdragon 8 Elite Gen 5.

Para muchos usuarios en España y Latinoamérica, esto podría sonar a música celestial. Durante años, la comunidad ha pedido a gritos que Samsung unifique el rendimiento de sus buques insignia y deje de ofrecer una «lotería» de procesadores según la región. Si el Galaxy S26 llega globalmente con Snapdragon, se eliminarían las habituales quejas sobre el sobrecalentamiento o la menor autonomía que a veces han lastrado a los modelos con Exynos frente a sus homólogos americanos.
No obstante, esta situación deja en una posición delicada a la división de chips de Samsung. El Exynos 2600 debía ser su «golpe sobre la mesa» para demostrar que puede competir de tú a tú con TSMC y Apple en la carrera de los 2 nanómetros. Si finalmente este chip se queda encerrado en las fronteras coreanas, será difícil que recupere la confianza de la industria y de los consumidores globales, por muy potente que prometa ser sobre el papel.
Si finalmente en tu país el Galaxy S26 llega con Snapdragon y no con el chip propio de Samsung, ¿te sentirías aliviado por tener la apuesta segura de Qualcomm o decepcionado por no ver la innovación de los 2nm de Samsung?
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