9 diciembre, 2025

Parece que fue ayer cuando Samsung nos sorprendió a todos lanzándose a la piscina de los anillos inteligentes. El primer Galaxy Ring llegó con mucha fuerza, generando un hype tremendo y agotando sus reservas iniciales en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo, las últimas noticias que nos llegan desde Corea no son tan alentadoras como esperábamos. Si estabas ahorrando para hacerte con la segunda generación a principios del año que viene, te recomiendo que guardes la cartera o busques otras opciones, porque la cosa se complica.
Según los informes más recientes, el Samsung Galaxy Ring 2 no estará presente en el próximo gran evento de la compañía, el Galaxy Unpacked previsto para febrero de 2026. Todo apuntaba a que veríamos este nuevo wearable acompañando a los flamantes Galaxy S26, pero fuentes de la industria indican que Samsung ha echado el freno de mano. No es solo un simple retraso; la empresa estaría reevaluando por completo su estrategia en el mercado de los anillos inteligentes, lo que deja a la segunda generación en un limbo bastante preocupante.

Las razones detrás de esta decisión parecen ser una mezcla de factores técnicos y comerciales. Aunque el primer modelo tuvo un arranque explosivo, el interés del público general se ha enfriado más rápido de lo previsto. Las ventas actuales no están cumpliendo las expectativas internas de Samsung, lo que ha encendido las alarmas en las oficinas de Seúl. Al fin y al cabo, fabricar un dispositivo tan pequeño, potente y duradero es un desafío de ingeniería costoso, y si los números no cuadran, es lógico que la compañía se lo piense dos veces antes de lanzar una secuela.
A esto se le suma un dolor de cabeza legal importante: la disputa de patentes con Oura, el veterano y líder de este nicho. Oura no se ha quedado de brazos cruzados ante la llegada del gigante coreano y ha planteado una batalla legal que añade aún más incertidumbre al desarrollo del Galaxy Ring 2. Además, parece que los ingenieros de Samsung se han topado con limitaciones tecnológicas para hacer que la segunda versión sea un salto cualitativo real y no una simple actualización menor. Sin un avance claro en batería o sensores, lanzar un nuevo modelo podría ser contraproducente.

¿Significa esto que el Galaxy Ring ha muerto? No necesariamente, pero sí que el proyecto ha perdido prioridad. Samsung podría estar esperando a que la tecnología madure o a resolver sus líos legales antes de mover ficha. De momento, la compañía parece querer centrar sus esfuerzos en sus relojes inteligentes, los Galaxy Watch, un terreno donde se sienten mucho más cómodos y donde la competencia es feroz pero conocida. Es una jugada conservadora: asegurar lo que funciona en lugar de arriesgar en un formato que todavía no acaba de convencer al gran público.
Para los usuarios que apostaron por la primera generación, esto puede ser un jarro de agua fría, ya que un parón en el desarrollo suele traducirse en menos actualizaciones de software a largo plazo. El mercado de los anillos inteligentes sigue siendo prometedor por su comodidad y discreción, pero está claro que Samsung necesita replantear su propuesta si quiere liderarlo. Quizás veamos un retorno triunfal en 2027, o quizás este sea uno de esos experimentos que quedan en el olvido.
Y tú, ¿crees que los anillos inteligentes son el futuro de la salud personal o simplemente una moda pasajera que ya ha tocado techo?
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