
Qualcomm está moviendo ficha para llevar Android a ordenadores con sus chips Snapdragon X. Según el código que se está añadiendo a Android 16, la compañía trabaja en hacer compatibles estos procesadores —los mismos que ya vemos en portátiles Windows— con el sistema de Google. Si esto cuaja, podríamos ver equipos de escritorio y portátiles con una experiencia Android «de verdad», lo cual representa un cambio significativo.
Para el lector despistado, Snapdragon X es la familia de SoC (system on a chip, sistema en un chip) con CPU Oryon y NPU (neural processing unit, unidad de procesamiento neuronal) que ha hecho despegar Windows en ARM (Advanced RISC Machines, arquitectura ARM). El paso lógico es habilitar Android en esa misma base: controladores, arranque y optimizaciones gráficas para que apps y juegos funcionen en modo ventana, con teclado, ratón y pantallas de gran tamaño.
La clave no sería solo «arrancar Android», sino tener un Android de escritorio usable: multitarea en ventanas, soporte de monitores externos, atajos de teclado, gestión de archivos y una Play Store preparada para diagonales de 13 a 16 pulgadas. Con la potencia de los Snapdragon X Elite y X —que ya han demostrado un alto rendimiento en portátiles—, no debería faltar rendimiento para IA (inteligencia artificial) generativa local, ofimática y juegos móviles a altos fotogramas por segundo (fps). Una idea largamente esperada, cuya llegada resulta oportuna.
Además, para los fabricantes supone reutilizar plataformas que ya tienen listas para Windows en ARM: chasis, placas, refrigeración y conectividad (Wi‑Fi 7, 5G opcional). Eso reduce costes y acelera lanzamientos. Y a los usuarios nos abre la puerta a un ordenador simple, con arranque instantáneo, buenas autonomías y actualizaciones directas de Google.
Hay bases claras: Android 16 incorpora cada vez más piezas para modo escritorio y el propio Google lleva meses enseñándolo entre bambalinas. Pero no todo está resuelto. Falta rematar un gestor de ventanas fino, adaptar aplicaciones clave como las de banca, edición de documentos y creación multimedia a pantallas panorámicas y garantizar compatibilidad con periféricos profesionales. También habrá que ver qué hace cada marca con controladores gráficos, códecs y actualizaciones.
Otro punto: los plazos. Aunque el ecosistema suena a 2026 muy fuerte, el lanzamiento simultáneo de varios ‘Android PC’ dependerá de acuerdos con Google, certificaciones y del interés real de los desarrolladores. Y no sería raro que los primeros modelos sean más «prueba de concepto» que reemplazo directo de un portátil tradicional.
Todo apunta al Snapdragon X Elite para la gama alta y al Snapdragon X «a secas» para modelos más asequibles. La compatibilidad nativa con Android 16 permitiría que ambos monten versiones de Android orientadas a productividad, con IA on‑device apoyada por la NPU y una GPU (graphics processing unit, unidad de procesamiento gráfico) preparada para juegos móviles exigentes. Si llegan también variantes renovadas en 2026, mejor aún.
Si Qualcomm y Google terminan de encajar las piezas, Android en PC será una realidad comercial y no solo experimentos. La ecuación es atractiva: chips potentes y eficientes, un sistema que ya domina el móvil y un catálogo de apps gigantesco. La incógnita es si la experiencia de escritorio esté a la altura desde el primer día. Esto encaja con la posibilidad de que veamos muy pronto un portátil que combine Android y ChromeOS, un movimiento que parece estar cada vez más cerca. Pero, ¿Tú te comprarías un portátil Android si llega en 2026?