3 septiembre, 2025
Google prepara el Pixel 10a y, si se cumplen los rumores más sólidos, sería un lanzamiento continuista que marcaría algo más profundo: un giro de estrategia para separar con mayor claridad la gama media de la gama alta. El movimiento no es casual; tras una década de Pixel, la compañía quiere empujar a más usuarios hacia los modelos Pixel 10 y 10 Pro, reservando para ellos las prestaciones más punteras y dejando a la serie A como opción de acceso.
La clave está en el procesador. Todo indica que el Pixel 10a usará un procesador de generación anterior en lugar del Tensor G5 de la familia Pixel 10. Dado que el lanzamiento está previsto para marzo o abril de 2026, esto supondría una actualización menor frente al Pixel 9a, que ya ofrecía una experiencia muy cercana al Pixel 9 por bastante menos dinero. ¿El resultado? Un móvil menos ambicioso, pensado para mantener el precio a raya y evitar solapamientos dentro del catálogo.
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En los últimos años, los Pixel «a» han brillado por su gran relación calidad-precio: mismo chip que los modelos principales, buena cámara y soporte prolongado. Con el 10a, Google estaría dibujando líneas más gruesas entre sus gamas. El plan pasaría por reservar mejoras clave para los Pixel 10 y 10 Pro (IA más avanzada, cámaras y pantallas de mayor nivel) y mantener el 10a como alternativa sensata, pero sin grandes titulares.
A nivel de hardware, los cambios apuntan a ser mínimos: diseño continuista respecto al 9a y sin grandes novedades en cámaras. Los pequeños cambios podrían concentrarse en la pantalla (mayor brillo máximo) y, como de costumbre, en el software con Android 16 y las funciones de Google. Sin embargo, igualar las prestaciones de los modelos superiores dejaría de ser una prioridad, y parte de las nuevas funciones de IA en el dispositivo podrían reservarse para el Tensor G5.
Google estaría considerando reutilizar el Tensor G4 y, por supuesto, eso implicaría limitaciones en cuanto a funciones de IA. Esta decisión puede ser coherente si la firma realmente quiere una segmentación marcada entre gamas dentro de su catálogo: la idea no es descabellada, aunque sí sería un paso por detrás respecto a lo que nos tiene acostumbrados el fabricante.
El mensaje que envía Google es claro: menos paridad, más diferenciación. Para el usuario medio, puede no ser un drama (el Tensor G4 sigue rindiendo bien y con buen consumo energético), pero los entusiastas perderán parte de ese encanto de los «a» que, durante años, ofrecían casi lo mismo por menos.
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Si buscas un móvil equilibrado con buena fotografía computacional y soporte prolongado, el Pixel 10a podría seguir siendo una compra lógica. Pero el valor real dependerá del precio en España y de cuánto baje el Pixel 9a cuando llegue el relevo: con la misma base técnica, el 9a podría convertirse en el verdadero chollo de 2026 si su PVP cae.
El otro punto está en la IA. Google ha puesto toda la carne en el asador con sus herramientas inteligentes, y es posible que las novedades más exigentes a nivel de NPU/TPU se reserven para el Tensor G5. Si eso sucede, el 10a quedaría para quien prioriza estabilidad, cámara solvente y precio, mientras que los Pixel 10 y 10 Pro serían los elegidos para experimentar la nueva hornada de funciones.
¿Tú qué harías en 2026: esperar al Pixel 10a, ir a por un Pixel 9a rebajado o dar el salto directo a un Pixel 10?
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