
OnePlus ha presentado Gaming Technology, una plataforma con la que quiere llevar el juego móvil a otro nivel y que debutará en la serie OnePlus 15. La propuesta combina optimizaciones a nivel de chip, hardware dedicado y software propio para abordar cuatro frentes clave: rendimiento sostenido, estabilidad, latencia táctil y conectividad. La promesa es mantener una alta tasa de fotogramas con imágenes de calidad, sin tirones ni sobrecalentamientos.
La compañía habla de una reconstrucción profunda de la pila de ejecución de juego en Android: Incluye un nuevo planificador del procesador, un motor de renderizado que actúa directamente sobre el chipset y una pantalla personalizada con tasa de refresco de hasta 165 Hz. Todo ello se apoya en alianzas con estudios para habilitar 165 fotogramas por segundo (fps) nativos en títulos populares. Sobre el papel, el OnePlus 15 se perfila como el móvil generalista con la ambición de un terminal gaming.
El núcleo de la propuesta es OP Gaming Core, un conjunto de tecnologías integradas en el chip con las que OnePlus promete mejorar la eficiencia y el control. Incluye un OnePlus CPU Scheduler que prioriza las tareas críticas del juego para reducir instrucciones ejecutadas y consumo, y un Next‑Gen HyperRendering que reorganiza el flujo de procesamiento de la GPU mediante controladores Vulkan optimizados para elevar la eficiencia por fotograma y minimizar la latencia de la interpolación. Traducido: menos caídas de fotogramas, mejor respuesta y menor gasto energético por cada fotograma que se genera.
OnePlus afirma, además, que esta base permite mantener 120 fps de forma estable en juegos populares, con un control fino del consumo por fotograma y una gestión térmica más predecible. Esto es relevante en Android, ya que muchas funciones de aceleración gráfica suelen depender de chips o modos de funcionamiento independientes; aquí, la firma integra esta lógica directamente en el SoC para reducir los cuellos de botella habituales oscilaciones de rendimiento tras varios minutos de juego.
Por encima del software, OnePlus introduce un trichip de rendimiento OP con tres piezas: el chip de rendimiento (basado en el Snapdragon 8 Elite Gen 5) donde se incrusta OP Gaming Core; un chip de respuesta táctil que descarga el procesamiento del SoC y eleva el muestreo a 330 Hz sostenidos y muestreo táctil de 3200 Hz; y un chip Wi‑Fi G2 con algoritmos SmartLink para estabilizar la conexión en entornos de cobertura débil. La idea es reducir la latencia de entrada, desde la interacción táctil hasta la respuesta en red.
La otra parte clave es OP FPS Max, un ecosistema de pantalla de 165 Hz con soporte nativo de 165 fps y ajustes de toque y conectividad alineados. OnePlus asegura que ya hay varios juegos compatibles y que ampliará la lista con más socios. Si se cumple lo prometido, sería una ventaja frente al estándar actual de 120 Hz en la gama alta «no gaming», con una mejora tangible en shooters (juegos de disparos), MOBAs y títulos competitivos.
Más allá del marketing, esta ofensiva coloca al OnePlus 15 como candidato serio para quienes priorizan el juego en Android: altas tasas de refresco, toque más preciso y promesas de estabilidad térmica. Habrá que ver cómo se traduce en títulos concretos y si el soporte a 165 fps llega a Europa con la misma rapidez que en China e India. ¿Te atrae esta apuesta «gaming» en un flagship generalista o prefieres un móvil especializado tipo ROG/RedMagic? Te leemos en los comentarios.