Willow de Google se consolida: la apuesta cuántica que refuerza su liderazgo computacional

Jesús González

25 octubre, 2025

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Google ha encendido otra mecha en la carrera cuántica. Su procesador Willow (105 qubits superconductores) ha ejecutado un nuevo algoritmo, Quantum Echoes, que completa ciertos cálculos 13.000 veces más rápido que el mejor código clásico en uno de los superordenadores más potentes del mundo. El trabajo, verificado y publicado en Nature, apunta a una ventaja cuántica práctica que puede traducirse en avances científicos reales, desde la química computacional hasta el desarrollo de nuevos materiales.

Más allá del titular, lo relevante es la verificabilidad: los ingenieros de Google aseguran que el resultado puede repetirse en otro procesador cuántico equivalente y contrastarse con fenómenos físicos medibles, algo que tradicionalmente ha sido el gran talón de Aquiles de las demostraciones cuánticas. El experimento modela la dinámica de espines magnéticos en RMN (resonancia magnética nuclear) y abre la puerta a describir moléculas que hoy quedan fuera del alcance clásico en tiempos de horas en lugar de años.

Quantum Echoes: por qué este algoritmo importa

Willow de Google ha dado pasos impresionantes, te contamos todos los detalles

La mayor parte de los hitos cuánticos hasta la fecha eran difíciles de comprobar o dependían de trucos estadísticos. Quantum Echoes propone un enfoque distinto: introduce señales periódicas (‘ecos’) en el sistema cuántico y analiza su respuesta sin colapsar el estado cuántico de la información, reduciendo errores y posibilitando datos deterministas. Ese enfoque transforma la simulación de ciertos sistemas cuánticos en una tarea idónea para una Unidad de Procesamiento Cuántico (QPU), justo donde los sistemas clásicos encuentran serias dificultades.

En números, el equipo compara su algoritmo en el Willow con la mejor implementación clásica disponible y con supercomputación de primer nivel, concluyendo esa ventaja de 13.000×. Esto no implica que los teléfonos móviles vayan a incorporar computación cuántica de forma inminente, ni que la inteligencia artificial actual quede obsoleta; sí implica que, para tareas muy específicas —modelado molecular, química de materiales, optimización física— un chip cuántico de poco más de cien qubits ya puede aportarnos resultados útiles y comprobables.

Qué es el Willow y qué cambia frente a avances previos

A nivel computacional Willow parece destacar enormemente

Willow es el sucesor del ecosistema cuántico de Google presentado a finales de 2024. Se trata de un QPU superconductor centrado en coherencia, control y corrección de errores, capaz de ejecutar circuitos profundos con fidelidades que habilitan algoritmos más ambiciosos. A diferencia de las pruebas de «supremacía» de años anteriores —difíciles de contrastar y con aplicaciones difusas—, aquí la novedad está en resolver un problema de física con valor científico y hacerlo con criterios de auditoría.

Ficha técnica del Willow

  • Arquitectura: chip cuántico superconductor (Google Quantum AI)
  • Qubits: 105 qubits direccionables
  • Algoritmo clave: Quantum Echoes (simulación de espines/RMN)
  • Ventaja: 13.000× frente a la mejor alternativa clásica en un superordenador
  • Aplicaciones objetivo: química, materiales, ciencias de la vida e IA científica

Qué significa para Android, IA y el usuario

A corto plazo, no tendrá un impacto inmediato en el funcionamiento de tu móvil. Pero sí cambia el horizonte para la IA que diseña medicamentos, catalizadores o baterías: si podemos simular moléculas complejas de forma fiable, los modelos podrán entrenarse con datos mejores y llegar antes a descubrimientos. Google habla de aplicaciones prácticas en cinco años si logra escalar el hardware y el control de errores hacia qubits lógicos duraderos. No es marketing vacío: es un paso intermedio tangible.

Una ventana a la utilidad cuántica

¿Estamos ante la «revolución cuántica» definitiva? No todavía. La escalabilidad (pasar de cientos a millones de qubits lógicos) y la tolerancia a fallos siguen siendo el gran reto. Aun así, ver ventaja cuántica verificable en un problema con significado físico es un hito que empuja a toda la industria. ¿Te convence este avance o te parece humo? Te leemos en los comentarios.

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