29 octubre, 2025

Qualcomm ya tiene en el horizonte su próximo gama alta y, si los últimos informes aciertan, el Snapdragon 8 Elite Gen 6 dará un paso clave: compatibilidad con memoria LPDDR6 y almacenamiento UFS 5.0. Dos estándares que prometen duplicar el ancho de banda efectivo y reducir latencias, justo lo que requieren las funciones de IA en el dispositivo y los juegos más ambiciosos.
Además de la memoria y el almacenamiento, varias fuentes coinciden en que el SoC saltaría al proceso de 2 nanómetros de TSMC (aunque persisten dudas razonables sobre si será N2 o N2P). La combinación de un nodo más eficiente y buses más rápidos debería traducirse en mejores tiempos de carga, menos cuellos de botella en modelos locales de IA y una mayor autonomía bajo cargas sostenidas. La otra cara de la moneda es que ese avance podría encarecer los próximos móviles estrella.

Las siglas no son puro marketing. LPDDR6 eleva la velocidad por pin y mejora la arquitectura de canales para mover más datos con menos consumo. En la práctica, el SoC accederá a texturas, fotogramas y tensores con menos latencia y con un rendimiento sostenido más alto, algo clave para fotografía computacional, edición de vídeo 4K/8K y asistentes generativos que corren en el propio móvil. Por su parte, UFS 5.0 ofrece un salto relevante en lecturas y escrituras secuenciales y en IOPS, reduciendo el tiempo que tardan en abrirse juegos pesados o en reconstruirse cachés tras una actualización del sistema.
Estas mejoras no actúan de forma aislada: cuando CPU, GPU, NPU y módem no se ven limitados por la memoria o el almacenamiento, el rendimiento general mejora notablemente. Y, de paso, se minimiza el «estrangulamiento» térmico al terminar antes las tareas.

El calendario es el punto más delicado. Las filtraciones sitúan la presentación del Snapdragon 8 Elite Gen 6 hacia finales de 2026, en paralelo al despliegue a gran escala de los 2 nm de TSMC. Aquí hay matices: algunas voces hablan de N2P, otras de un estreno más conservador en N2. En cualquier caso, la expectativa es clara: lograr mayor rendimiento con un consumo energético más bajo respecto a la actual generación de 3 nm.
Este salto tecnológico suele traer consecuencias en el precio. Fabricar a 2 nm y adoptar LPDDR6/UFS 5.0 implica costes más altos que los fabricantes terminarán repercutiendo (al menos en parte). No sería raro ver precios de salida más elevados en los buques insignia de 2026, a cambio de mejoras tangibles en fluidez, IA y autonomía.
Si vienes de un gama alta con LPDDR5X y UFS 4.0, notarás un mejor «tiempo de respuesta» del sistema, cargas más rápidas en juegos y apps pesadas, y funciones de IA más capaces sin depender tanto de la nube. También cabe esperar mejor gestión térmica en tareas largas (vídeo, navegación intensiva, gaming). Para muchos usuarios, el salto no será solo de benchmarks: la diferencia se notará en el uso diario.
En definitiva, el movimiento hacia LPDDR6 + UFS 5.0 encaja con la hoja de ruta de la industria y prepara el terreno para móviles más rápidos y «más listos». La gran incógnita es si el mercado aceptará el posible sobrecoste.
Todo apunta a que el Snapdragon 8 Elite Gen 6 pondrá el foco en velocidad de datos y eficiencia energética mejorando puntos específicos en comparación con el el Snapdragon 8 Elite Gen 5. Falta por despejar el binomio N2 vs N2P y, sobre todo, cuándo veremos los primeros móviles con estas piezas. ¿Pagarías más por un buque insignia de 2026 si te garantiza IA local más rápida, menos calor y aperturas casi instantáneas? Te leemos en los comentarios.
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