7 octubre, 2025

Qualcomm ha anunciado la compra de Arduino, la histórica plataforma italiana de hardware abierto que ha formado a millones de makers, estudiantes y docentes. La operación —por una cantidad no revelada— llega acompañada de un nuevo producto: Arduino UNO Q, una placa que combina microprocesador y microcontrolador compatible con modelos de IA. No obstante, ambas compañías aseguran que Arduino conservará su marca, sus herramientas y su misión.
Más allá del titular, el movimiento encaja con la estrategia de Qualcomm para ganar terreno en computación en el borde (edge computing). La firma habla de una comunidad de más de 33 millones de usuarios que, en teoría, tendrá acceso más directo a su pila tecnológica. Un caramelo para el ecosistema… siempre que Arduino conserve su neutralidad a la hora de escoger circuitos integrados y no se transforme en un escaparate exclusivo de Qualcomm.

En los comunicados se insiste en que Arduino continuará dando soporte a microcontroladores y microprocesadores de varios fabricantes. Es un punto crítico: buena parte del éxito de la plataforma ha sido su apertura y la variedad de placas, desde modelos de iniciación hasta propuestas profesionales. La compra está sujeta a aprobaciones regulatorias, así que todavía queda un trámite antes de que sea definitiva.
En el lado práctico, Qualcomm afirma que la integración facilitará escalar proyectos hacia productos comerciales gracias a su red de socios. Suena bien, pero conviene no perder de vista el equilibrio: si la balanza se inclina demasiado hacia los SoC de la casa, Arduino podría perder esa independencia que la ha hecho tan valiosa en aulas y laboratorios.

Junto a la operación llega la UNO Q, una placa con el formato clásico de la serie UNO que integra un Qualcomm Dragonwing QRB2210 capaz de ejecutar Debian Linux, y un microcontrolador en tiempo real para tareas de control fino. La propuesta permite usar teclado, ratón y pantalla mediante USB‑C (con un adaptador), y promete IA «ligera» para visión y sonido con respuesta en tiempo real. Viene con App Lab preinstalado, un entorno que unifica sketches de Arduino, scripts en Python y modelos de IA.
La UNO Q se puede reservar por 44 dólares (unos 41 euros), con envíos previstos para finales de octubre según los distribuidores. Además de la versión base, habrá configuraciones con más memoria y almacenamiento (hasta 4 GB de RAM y 32 GB de eMMC), lo que posiciona a Arduino más cerca del ámbito de las Raspberry Pi, sin abandonar su esencia como plataforma basada en microcontroladores. Un punto a vigilar será la disponibilidad: si la demanda se dispara y las existencias son limitadas, volveremos a los fantasmas de 2020‑2022.
Sobre el papel, la jugada tiene sentido: Qualcomm gana una vía directa hacia la comunidad, y Arduino obtiene músculo para impulsar proyectos de IA embebida. La clave estará en comprobar si la promesa de independencia se traduce en placas variadas y documentación abierta, o si vemos una deriva hacia un catálogo demasiado centrado en Dragonwing.
La adquisición de Arduino por parte de Qualcomm podría facilitar la creación de nuevo hardware cuidadosamente alineado con las necesidades de la industria de la inteligencia artificial. Se trata de un paso relevante que, sin duda, entusiasmará a los amantes de la tecnología.
Por ahora, la UNO Q pinta interesante para educación, prototipado rápido e incluso pequeños pilotos industriales. ¿Cómo lo ves? ¿Te convence la nueva Arduino bajo el paraguas de Qualcomm o temes un cierre de opciones? Te leemos en los comentarios.
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