3 septiembre, 2025

Los fabricantes de móviles Android preparan un salto importante en la capacidad de la batería para sus móviles más potentes. Diversas filtraciones apuntan a que los próximos modelos «Pro» de Xiaomi, vivo y OPPO llegarán con capacidades muy por encima de lo habitual, con un caso especialmente llamativo: un OPPO Find X9 Pro que aspira a los 7550 mAh. Este cambio respondería a la adopción de baterías de silicio-carbono, una evolución de las celdas tradicionales ya presente en algunos modelos de la generación 2024/2025.
Aunque hablamos de rumores, las capacidades previstas encajan con la tendencia reciente: más miliamperios sin engordar el chasis y, de paso, más horas de pantalla en el día a día. Eso sí, tener en cuenta que ciertas regiones podrían recibir configuraciones distintas debido a limitaciones logísticas y normativas de envío, y que los fabricantes podrían optar por diseños de batería de doble celda para esquivar restricciones por cada unidad.

Las pistas señalan a tres protagonistas claros en la gama alta Android de finales de año e inicios del próximo:
Si estos números se confirman, veríamos incrementos relevantes frente a la generación previa, especialmente en OPPO, que pasaría de los 5910 mAh del Find X8 Pro a una cifra sin precedentes en un flagship tipo clásico. En paralelo, otros actores como OnePlus también apuntan a rondar los 7000 mAh en su próximo buque insignia, señal de que la carrera por la autonomía vuelve a estar en el centro del debate.
Una mayor capacidad de batería no solo se traduce en más horas de uso, sino que también permite aplicar estrategias de carga más conservadoras (por ejemplo, limitarse al 80-90 % a diario) sin sufrir ansiedad por la autonomía. Esto, unido a políticas de actualizaciones más largas, puede mejorar la salud de la batería a medio plazo si el fabricante calibra bien las temperaturas y las potencias de carga.
Silicio-carbono: la clave para aumentar la capacidad

El salto de capacidad llega gracias a la integración de silicio en el ánodo de las baterías, combinado con carbono para estabilizar la celda. Este enfoque eleva la densidad energética respecto al grafito puro, permitiendo meter más miliamperios en el mismo volumen. No es magia: hablamos de mejoras del orden del 10-20 % en densidad (según la implementación), que en móviles reales se traduce en varios cientos de mAh extra.
El reverso de la moneda es conocido: el silicio tiende a dilatarse más durante los ciclos de carga y a exigir un control térmico más cuidadoso, lo que obliga a los fabricantes a ajustar las curvas de carga y a reforzar el sistema de gestión de la batería. La buena noticia es que, con contenidos moderados de silicio y diseños de doble celda, ya estamos viendo móviles finos e incluso plegables con baterías claramente mayores que hace un año.
¿Habrá recortes en Europa?
En algunos lanzamientos recientes hemos visto cómo las variantes para Europa y el Reino Unido llegaban con capacidades algo menores que las chinas, a veces por límites aplicados a cada celda individual durante el transporte. Para sortearlo, varias marcas han optado por dividir la batería en dos celdas, manteniendo la capacidad total y la «carga rápida». Aun así, hasta que no sean oficiales las fichas técnicas globales, hay que tomar estas cifras con la debida cautela.
Lo que podemos esperar como usuarios de Android
Si las filtraciones se materializan, los próximos buques insignia Android llegarán con autonomía de dos días para muchos usuarios, menos dependencia del cargador y margen para funciones de IA y pantallas más brillantes sin penalizar el día a día. También se espera que los fabricantes optimicen la gestión de carga para preservar la vida útil de la batería: más capacidad facilita implementar límites inteligentes sin miedo a quedarnos cortos.
En definitiva, 2025/2026 puede marcar un punto de inflexión en materia de batería dentro de la gama alta Android. ¿Te convence este cambio de prioridades hacia la autonomía o prefieres que se siga reduciendo grosor y peso aunque la batería crezca menos?
Deja una respuesta